
Se cerró la puerta, el telefono no sonó mas.
Los días eran grises y solitarios.
Esperé y esperé que saliera el sol, pero era inútil.
El brillo de los ojos se apagó, nunca más me sentí viva. Entonces supe que Él no volvería
"La sabiduría suprema era tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen"